Tímidos al poder
Los familiares de Rosa Park aún describen su voz "como un susurro". La silenciosa modista que acabó con la discriminación racial en Alabama fue elegida secretaria del grupo de derechos civiles de los afro-americanos porque, según contó ella después, "era demasiado tímida para decir que no". Sus memorias se llaman 'Fuerza tranquila'.
Uno de los grandes misterios de su historia es cómo una mujer de aire sumiso, pocas palabras y ganas de pasar desapercibida pudo el 1 de diciembre de 1955 decir 'no' cuando un conductor de autobús le ordenó que cediera su asiento a un blanco, convertirse en líder feminista y desencadenar un boicot de 13 meses que acabó con la discriminación legal en el Sur. Incluso su forma de negarse aquella tarde delata un temperamento comedido. Cuando el conductor gritó y amenazó con arrestarla, Parks contestó con inglés educado y tono tranquilo: "You may do that" ("Usted podría hacer eso").
Como ella, introvertidos célebres han llegado a líderes con efectos duraderos. Bill Gates, Warren Buffett, Mahatma Gandhi, la Madre Teresa de Calcuta, Hillary Clinton o Barack Obama entran en la categoría de la introversión, definida de manera amplia por el nuevo libro 'Quiet', de Susan Cain. Esta abogada y consultora de grandes firmas financieras cuenta su historia como hija de una familia de lectores poco sociables y la de otros introvertidos. El libro reivindica el papel de los tímidos en la sociedad estadounidense, en general poco dada a la soledad y la reflexión y que contrasta con algunas de sus comunidades, como la asiático-americana.
Se estima que el 30% de la población es tímida, si bien se trata de un cálculo difícil porque uno de los rasgos de los introvertidos es que intentan ocultarse. Ellos mismos y otros ven su tendencia a la actividad solitaria "como un signo de una personalidad de segunda clase, algo entre la decepción y la patología", escribe Cain. La autora se queja del "ideal extrovertido omnipresente del 'yo' gregario y que le gusta ser el centro de atención" y subraya los frutos sociales y empresariales de la reflexión solitaria.
Los extrovertidos tienen más posibilidades de ser más ambiciosos, de tener más accidentes o de ser adúlteros en el matrimonio. Un estudio de la Universidad Northwestern sugiere que la crisis financiera de 2008 es responsabilidad de los sociables. La gente con la variante de un gen que regula la dopamina, asociada con la introversión, asume un 28% de riesgos financieros menos que el resto. Y, de hecho, 'Quiet' también sugiere que la crisis puede "volver a equilibrar los poderes" a favor de los prudentes y solitarios.
Según un estudio de Harvard, la timidez o la extroversión se manifiesta casi desde el nacimiento. En 1989, el psicólogo Jerome Kagan hizo un experimento con 500 bebés. Les enseñó globos y juguetes y les hizo oler algodón con alcohol. El 20% reaccionaba inmediatamente a todos los estímulos, llorando o moviéndose, el 40%, sólo a algunos, y el otro 40% se quedaba tranquilo. Kagan predijo que ese 20% de hiperactivos crecerían siendo extrovertidos y, cuando los entrevistó años después, ya de adolescentes, confirmó su intuición.
Más allá de la predisposición genética o de las primeras experiencias vitales, según Cain, el entorno profesional estadounidense cada vez modela más a los ciudadanos hacia la extroversión. Por ejemplo, el 70% de los americanos trabaja en oficinas abiertas y el espacio personal se ha reducido en las últimas cuatro décadas de 46 a 19 metros cuadrados. Con su experiencia en JP Morgan o General Electric, la escritora aconseja a las empresas y a los colegios que promuevan también la soledad y la autonomía del trabajador o el estudiante y no sólo se concentren en "la obsesión del trabajo en grupo". Insiste en dedicar tiempo a la reflexión, a los paseos y la vida tranquila, a mirar "lo que llevas dentro de tu maleta". Aunque también advierte a los tímidos, como ella: "Ocasionalmente, sólo ocasionalmente, espero que abras tu maleta. Porque el mundo te necesita y necesita lo que llevas dentro".
http://www.elmundo.es/america/2012/03/03/estados_unidos/1330768594.html
Como ella, introvertidos célebres han llegado a líderes con efectos duraderos. Bill Gates, Warren Buffett, Mahatma Gandhi, la Madre Teresa de Calcuta, Hillary Clinton o Barack Obama entran en la categoría de la introversión, definida de manera amplia por el nuevo libro 'Quiet', de Susan Cain. Esta abogada y consultora de grandes firmas financieras cuenta su historia como hija de una familia de lectores poco sociables y la de otros introvertidos. El libro reivindica el papel de los tímidos en la sociedad estadounidense, en general poco dada a la soledad y la reflexión y que contrasta con algunas de sus comunidades, como la asiático-americana.
Se estima que el 30% de la población es tímida, si bien se trata de un cálculo difícil porque uno de los rasgos de los introvertidos es que intentan ocultarse. Ellos mismos y otros ven su tendencia a la actividad solitaria "como un signo de una personalidad de segunda clase, algo entre la decepción y la patología", escribe Cain. La autora se queja del "ideal extrovertido omnipresente del 'yo' gregario y que le gusta ser el centro de atención" y subraya los frutos sociales y empresariales de la reflexión solitaria.
Los extrovertidos tienen más posibilidades de ser más ambiciosos, de tener más accidentes o de ser adúlteros en el matrimonio. Un estudio de la Universidad Northwestern sugiere que la crisis financiera de 2008 es responsabilidad de los sociables. La gente con la variante de un gen que regula la dopamina, asociada con la introversión, asume un 28% de riesgos financieros menos que el resto. Y, de hecho, 'Quiet' también sugiere que la crisis puede "volver a equilibrar los poderes" a favor de los prudentes y solitarios.
Según un estudio de Harvard, la timidez o la extroversión se manifiesta casi desde el nacimiento. En 1989, el psicólogo Jerome Kagan hizo un experimento con 500 bebés. Les enseñó globos y juguetes y les hizo oler algodón con alcohol. El 20% reaccionaba inmediatamente a todos los estímulos, llorando o moviéndose, el 40%, sólo a algunos, y el otro 40% se quedaba tranquilo. Kagan predijo que ese 20% de hiperactivos crecerían siendo extrovertidos y, cuando los entrevistó años después, ya de adolescentes, confirmó su intuición.
Más allá de la predisposición genética o de las primeras experiencias vitales, según Cain, el entorno profesional estadounidense cada vez modela más a los ciudadanos hacia la extroversión. Por ejemplo, el 70% de los americanos trabaja en oficinas abiertas y el espacio personal se ha reducido en las últimas cuatro décadas de 46 a 19 metros cuadrados. Con su experiencia en JP Morgan o General Electric, la escritora aconseja a las empresas y a los colegios que promuevan también la soledad y la autonomía del trabajador o el estudiante y no sólo se concentren en "la obsesión del trabajo en grupo". Insiste en dedicar tiempo a la reflexión, a los paseos y la vida tranquila, a mirar "lo que llevas dentro de tu maleta". Aunque también advierte a los tímidos, como ella: "Ocasionalmente, sólo ocasionalmente, espero que abras tu maleta. Porque el mundo te necesita y necesita lo que llevas dentro".
http://www.elmundo.es/america/2012/03/03/estados_unidos/1330768594.html
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